Mi mamá solía decirme que yo soy "un experto en todo y un especialista en nada". Siempre pienso en esta frase. Puedo hacer mucho, pero me disperso al diversificarme. Pero también analizo las ventajas de esto, ya que siempre uno puede ingeniárselas ante la aparición de un desafío, teniendo siempre ideas originales para solucionarlos. El problema de las "ideas originales solucionadoras" es que no siempre son las necesarias y justas. Así es que lo pegado termina clavado, lo cosido pegado, lo dorado quemado. Entonces, es obvio que deberíamos ser más especialistas que expertos, como dice mamá, pues así el clavo va donde debe, que para eso fue creado!!!
No nos sucedería lo que sucede en algunos programas de televisión que mi madre mira con frecuencia, en donde las ideas son absolutamente originales, pero no siempre prácticas: "Hoy vamos a hacer esta fuente de papel que simula ser de metal, acompañada por este candelabro de metal que simula ser papel". ¡Hombre, dejemos el papel en papel y el metal en metal! ¡A menos que suframos la carencia de uno de esos elementos y necesitemos sí o sí simularlo!
También se presenta otro problema: mi papá dice (también es sabio el hombre), que no hay cosa más permanente que lo temporario. Entonces la fuente de papel, sigue de papel, y como ya la tenemos nunca compramos la de metal, pues la otra ya se le parece, y cuando queremos servir los fideos con tuco ¡cuidado, la fuente puede desarmarse!. Pero nunca compramos la de metal, pues la de papel se ve de lo más bonita, si hasta parece de metal.
A mi tío se le soltó una vez el motor del auto en pleno viaje, entonces paró en la ruta, y descubrió que tenía un pedazo de alambre "San Martín" en el baúl. Ató el motor con el mismo y se dijo : -apenas llegue lo llevo al mecánico para que lo arregle- Demás decir que luego de años de uso vendió el auto con el motor atado con alambre. Ignacio Copani decía en una de sus canciones: "lo atamos con alambre... y que se pudra el sol".
Ojo! Estoy a favor de la originalidad y la inventiva, de la creatividad y de la diversificación. Así es que, un tarro termina en maceta, un libro en pata de una mesa, una botella como florero, unas ramas secas como decorado.
Conclusión... Mi mamá tenía razón. Soy un experto en todo y un especialista en nada.
Conclusión 2: ¡Qué se pudra el sol!
Conclusión 3: Me voy porque ya se seco la bandeja que hice en cartapesta y tengo que ira a pintarla con un aerosol metalizado que simula bronce...
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