martes, 16 de octubre de 2018

Inspiración Piquetera

Eventualmente quedo vacío.
Mi hiperactividad entra en un remanso, se explaya, se dilata, se apacigua, y entro en "modo nada". Ninguna inspiración,, ninguna idea, nada.
No sé cuál es el mecanismo de la mente para la creación.
Quizás, cuando uno deja de hacer algo, la sección "Hágalo Ud Mismo" de la mente se apaga... Va a cortes comerciales.
Quizás es como mis gallinas, si no les doy alimento balanceado, no ponen huevos. Si a mi mente no le doy ideas de calidad, no trabaja.
Quizás tenga una mente "piquetera" que no se conforma con lo que hago y corta el tráfico de las ideas impidiéndoles que pasen.
Lo preocupante es que yo soy un artesano. y un artesano sin ideas es como un piloto de fórmula 1 sin auto. Me siento inútil sin las ideas. Y así estoy ahora; sin ideas, sin chispa, sin inspiración, sin artesanías.
Igual sé que sólo es una etapa que pasa y queda en el olvido, y las nuevas ideas llegarán y congestionarán la autopista de mi inspiración artesanal. Y ahí sí!!!!!!!! Agarrate caña!!!!!!! Cuidate botella!!!!!!!!! Porque empezaré de nuevo a crear, a hacer, y volveré a ser el mismo.
Por ahora sigo de vacaciones en la isla de "nohagonadaporquenadasemeocurre", en donde no hay nada para hacer porque todo está hecho.
Permiso: voy a no hacer nada hasta nuevo aviso.

viernes, 16 de enero de 2015

La cortemos con el humito

Si a pesar de ser sus creadores nuestras creaciones encierran en su más profundo interior una llama de existencia propia? ¿Si en realidad las hacemos motivados por la influencia de sus partes que al tomarlas en nuestras manos nos dicen que hacer? Yo siempre me pregunté por qué al tomar un elemento en mis manos antes de hacer una artesanía “siento” perfectamente qué debo hacer con él.
¿Algo en ese elemento me dicta su voluntad? ¡Qué sé yo! La verdad es que el motivo que me motiva no es motivo suficiente. Si el que decide que esa caña será un porta sahumerios o un lapicero soy yo, o un dios artesanal que a través de las vetas de la caña me guía o es Tinker Bell el hada artesana, me da lo mismo.
Yo sigo adelante transformando esa materia prima en algo que me llena el alma. De eso sí estoy seguro. Hacer artesanías me llena el alma. Yo despejo mi mente, ejercito mis manos, me libro de tensiones y creo (de crear). Cuando termino, aquello que inicié es algo que me gusta. Lo miro. Lo pongo en la repisa, y lo vuelvo a mirar. Y otra vez. Y cada vez que paso por allí lo observo nuevamente. Casi siempre me siento satisfecho. Y si no es así comienzo de nuevo.
Eso sí, mientras hago una artesanía, me imagino otras. Mientras como un pollo, ya veo el hueso de la patita como una lapicera. Si destapo una botella ya la veo como un vaso o una lámpara.
Me pasa cuando como, cuando camino, cuando estoy en el baño. Mi mente no deja de imaginar qué hacer con lo que está a mi alrededor.
Sin ir más lejos, hace unos días estaba en el baño y me di cuenta que ya me había leído todas las revistas y libros, etiquetas de los champúes y enjuagues, de las cremas y “demases” que había allí. Así que desorientado comencé a mirar a mi alrededor (si esto es posible mientras se está sentado en el baño), y cuando ya estaba por sumirme en la desesperación por no encontrar algo distinto que leer, vi detrás de mí el milagro de la sanación para mi hiperactividad: un tubo de papel higiénico vacío.
Mis manos comenzaron a temblar de la emoción y tomé este elemento descartado y en pocos movimientos y con sólo un par de pliegues, surgió algo inesperado. Ahora espero con ansias para que “ese” rollo de papel se acabe para dar rienda suelta a ese artesano que llevo dentro. ¡Ya no más tiempo desperdiciado cuando voy al baño!!!!!!!

Sí, ya sé. Voy a comenzar a aflojar con el humito del sahumerio.
















domingo, 12 de enero de 2014

SOMOS ESE PEDACITO DE PLATO

Lo que pensamos, tiende a reflejar lo que somos. Lo que hacemos, tiende a reflejar lo que pensamos. Es así que cuando alguna de nuestras obras artesanales surge de un material en bruto no suele ser sólo una idea. También es pensamiento, sentimiento, estado de ánimo. Entonces,  generalmente una obra finalizada es más que un elemento utilizable. También lleva dentro suyo una parte humana, una parte que vive. Y quizás esa parte no tenga vida en sí misma, pero sí la transmite. Por eso es que, aunque a veces parezca que no, sí entiendo a mi mamá cuando guarda un pedacito del plato que era de su abuela, un encaje del vestido de su madre, una foto desteñida de algún pariente del que poco sabe. Porque todo lo que somos ya fue pensado por alguien antes de nosotros, y eso se transmitió de generación en generación, y las cosas legadas por nuestros nonos a nuestros padres, y a nosotros, y luego a nuestra posteridad, tienen algo de ellos a lo que sumamos lo nuestro. Y lo que para alguien es sólo un pedazo de plato, para otros es un legado invaluable.
Así sentimos los artesanos. No es solamente una artesanía, es un legado. O una parte que se desprende de nosotros y se instala en ese objeto. Así como en la historia de Harry Potter, un mago puede fragmentar su alma e instalarla en un Horrocrux, un objeto muy poderoso, con el propósito de alcanzar la inmortalidad.
Perpetuarnos a través de los tiempos. En la obra de nuestras manos. En eso nos convertimos.

Eso somos nosotros… un pedacito de plato.

sábado, 31 de agosto de 2013

No sé que le pasa a este blog, no puedo agregar más fotos. Seguiré investigando para cargar todas las que saqué hasta ahora.