Eventualmente quedo vacío.
Mi hiperactividad entra en un remanso, se explaya, se dilata, se apacigua, y entro en "modo nada". Ninguna inspiración,, ninguna idea, nada.
No sé cuál es el mecanismo de la mente para la creación.
Quizás, cuando uno deja de hacer algo, la sección "Hágalo Ud Mismo" de la mente se apaga... Va a cortes comerciales.
Quizás es como mis gallinas, si no les doy alimento balanceado, no ponen huevos. Si a mi mente no le doy ideas de calidad, no trabaja.
Quizás tenga una mente "piquetera" que no se conforma con lo que hago y corta el tráfico de las ideas impidiéndoles que pasen.
Lo preocupante es que yo soy un artesano. y un artesano sin ideas es como un piloto de fórmula 1 sin auto. Me siento inútil sin las ideas. Y así estoy ahora; sin ideas, sin chispa, sin inspiración, sin artesanías.
Igual sé que sólo es una etapa que pasa y queda en el olvido, y las nuevas ideas llegarán y congestionarán la autopista de mi inspiración artesanal. Y ahí sí!!!!!!!! Agarrate caña!!!!!!! Cuidate botella!!!!!!!!! Porque empezaré de nuevo a crear, a hacer, y volveré a ser el mismo.
Por ahora sigo de vacaciones en la isla de "nohagonadaporquenadasemeocurre", en donde no hay nada para hacer porque todo está hecho.
Permiso: voy a no hacer nada hasta nuevo aviso.
Casa Alta Productos Artesanales
Productos elaborados de manera artesanal utilizando elementos pricipalmente naturales (madera, piedra, bambú, etc). Dulces, elementos decorativos, artesanías.
martes, 16 de octubre de 2018
viernes, 16 de enero de 2015
La cortemos con el
humito
Si a pesar de ser sus creadores nuestras creaciones
encierran en su más profundo interior una llama de existencia propia? ¿Si en
realidad las hacemos motivados por la influencia de sus partes que al tomarlas
en nuestras manos nos dicen que hacer? Yo siempre me pregunté por qué al tomar
un elemento en mis manos antes de hacer una artesanía “siento” perfectamente
qué debo hacer con él.
¿Algo en ese elemento me dicta su voluntad? ¡Qué sé yo! La
verdad es que el motivo que me motiva no es motivo suficiente. Si el que decide
que esa caña será un porta sahumerios o un lapicero soy yo, o un dios artesanal
que a través de las vetas de la caña me guía o es Tinker Bell el hada artesana,
me da lo mismo.
Yo sigo adelante transformando esa materia prima en algo que
me llena el alma. De eso sí estoy seguro. Hacer artesanías me llena el alma. Yo
despejo mi mente, ejercito mis manos, me libro de tensiones y creo (de crear).
Cuando termino, aquello que inicié es algo que me gusta. Lo miro. Lo pongo en
la repisa, y lo vuelvo a mirar. Y otra vez. Y cada vez que paso por allí lo
observo nuevamente. Casi siempre me siento satisfecho. Y si no es así comienzo
de nuevo.
Eso sí, mientras hago una artesanía, me imagino otras.
Mientras como un pollo, ya veo el hueso de la patita como una lapicera. Si
destapo una botella ya la veo como un vaso o una lámpara.
Me pasa cuando como, cuando camino, cuando estoy en el baño.
Mi mente no deja de imaginar qué hacer con lo que está a mi alrededor.
Sin ir más lejos, hace unos días estaba en el baño y me di
cuenta que ya me había leído todas las revistas y libros, etiquetas de los
champúes y enjuagues, de las cremas y “demases” que había allí. Así que
desorientado comencé a mirar a mi alrededor (si esto es posible mientras se
está sentado en el baño), y cuando ya estaba por sumirme en la desesperación
por no encontrar algo distinto que leer, vi detrás de mí el milagro de la
sanación para mi hiperactividad: un tubo de papel higiénico vacío.
Mis manos comenzaron a temblar de la emoción y tomé este
elemento descartado y en pocos movimientos y con sólo un par de pliegues,
surgió algo inesperado. Ahora espero con ansias para que “ese” rollo de papel
se acabe para dar rienda suelta a ese artesano que llevo dentro. ¡Ya no más
tiempo desperdiciado cuando voy al baño!!!!!!!
Sí, ya sé. Voy a comenzar a aflojar con el humito del
sahumerio.
domingo, 30 de noviembre de 2014
domingo, 12 de enero de 2014
SOMOS ESE PEDACITO DE PLATO
Lo que pensamos, tiende a reflejar lo que somos. Lo que
hacemos, tiende a reflejar lo que pensamos. Es así que cuando alguna de
nuestras obras artesanales surge de un material en bruto no suele ser sólo una
idea. También es pensamiento, sentimiento, estado de ánimo. Entonces, generalmente una obra finalizada es más que
un elemento utilizable. También lleva dentro suyo una parte humana, una parte
que vive. Y quizás esa parte no tenga vida en sí misma, pero sí la transmite.
Por eso es que, aunque a veces parezca que no, sí entiendo a mi mamá cuando
guarda un pedacito del plato que era de su abuela, un encaje del vestido de su
madre, una foto desteñida de algún pariente del que poco sabe. Porque todo lo
que somos ya fue pensado por alguien antes de nosotros, y eso se transmitió de
generación en generación, y las cosas legadas por nuestros nonos a nuestros
padres, y a nosotros, y luego a nuestra posteridad, tienen algo de ellos a lo
que sumamos lo nuestro. Y lo que para alguien es sólo un pedazo de plato, para
otros es un legado invaluable.
Así sentimos los artesanos. No es solamente una artesanía,
es un legado. O una parte que se desprende de nosotros y se instala en ese
objeto. Así como en la historia de Harry Potter, un mago puede fragmentar su
alma e instalarla en un Horrocrux, un objeto muy poderoso, con el
propósito de alcanzar la inmortalidad.
Perpetuarnos a través de los tiempos. En la obra de nuestras
manos. En eso nos convertimos.
Eso somos nosotros… un pedacito de plato.
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