Productos elaborados de manera artesanal utilizando elementos pricipalmente naturales (madera, piedra, bambú, etc). Dulces, elementos decorativos, artesanías.
miércoles, 19 de octubre de 2011
martes, 11 de octubre de 2011
Cargo lo que escribí la primera vez en el blog. Al final hay una foto del trabajo que hizo mi hermano Gabriel en una remera mía con el poema de mamá. Ya saben... debajo hay un ícono que dice comentario... comenten.
Reflexión sobre las artesanías
Buenos días!!!
Tejo,
y al mirar sin querer mis manos
veo ante mí las hacendosas manos de mi madre.
Escribo,
y al mirarlas, las manos de mi padre
aparecen ante mí como un ensueño.
Acaricio,
y se que son mías, porque siento.
Son mis manos,
son las de ellos,
y al final
soy lo que fueron.
Las artesanías son parte de mi vida. Mi vida se la confío a mi madre, la Gran Artesana. Ella siempre supo moldearla.
Lapiceras, otra vez...
Estoy probando la técnica con porcelana fría. Todavía no le agarré la mano, pero ahí voy!!! Ya lo voy a lograr.
Llavero y pastillero
Me pidieron un llavero y se me ocurrió usar unos pedazos de caña de bambú que me habían quedado. Ya veré que otros modelos voy a crear.
Aquí ambos en detalle
El llavero es un aceitero, o bien puede ser un perfumero.
Pastillero
domingo, 2 de octubre de 2011
Con rollitos de papel
Un tarro de duraznos, rollitos de papel, servilleta, cola vinílica, un poco de pintura, unas florcitas de cerámica fría artesanal y... ¡Toda una obra de arte!
Ya tengo hasta empleadas!!!
Miren la cara de concentración de Danielita!!! Ya es una artesana experta. Todo indica que las cosas siguen su curso.
Esta artesana es mía.
Mis mejores artesanías
¡Qué más puedo decir!
¡Sí! Es verdad que tengo mucha inspiración, muchas ideas geniales para realizar artesanías. Pero la verdad, lo que me falta es el tiempo suficiente para realizarlas.
Corto una caña para hacer un porta-sahumerios y en ese momento escucho que Jonás me grita: ¡Papá, tete, am! (léase “leche”, “comida”). Dejo la caña, pongo a calentar el agua, cargo la mamadera con leche en polvo y azúcar. Cuando el agua está lista, mezclo todo y se la doy. Cuando tomo las herramientas para seguir con la caña… de nuevo: “¡--Papito, tuto!”. Dejo las herramientas, enfrío la leche, se la entrego de nuevo y procedo con mi tarea. Al rato, me percato del profundo silencio, y encuentro que el “Elemento” llamado Jonás está dormido en el piso de la cocina con la mamadera al lado .Me conmuevo, dejo todo, lo levanto y lo llevo a la cuna.
Bajo las escaleras lentamente para no hacer ruido, me siento nuevamente a trabajar y cuando pasan apenas unos minutos, escucho otro prototipo de voz masculina gritando: “¡Papá! ¡Hay una araña en el baño!” Es Miguelito que le teme terriblemente a ese bicho terriblemente malvado y asesino (según él). Voy, saco la araña, dejo a mi hijo tranquilo en el baño y vuelvo calladamente al trabajo tratando de recordar dónde iba a perforar esa caña… ¡¡¡Pá, no hay papel!! Dejo la caña, corro al almacén de la esquina y vuelvo con la mayor urgencia posible.
¿Qué era lo que estaba por hacer con ese bambú?
Tomo en una mano el taladro y en la otra el serrucho. ¿A ver? ¿Qué era? ¿Corte o agujero?
Y ahí sobre el pucho… “¡Papá, vení!-¡¿Qué querés Daniela?!-¡Vení!-¡¿Para qué?!-¡Vení rápido!-¡Si no me decís para qué, no voy!-¡Dale, rápido, vení, vení! ¡Dale pá!” (Voy subiendo las escaleras otra vez) “¡¿Qué querés hija?!” (un poco fastidiado ya) “¿Vos sabías que a la Guada le gusta Facundooooooooooooooo?-¡Ay Dany!, ¡Hace horas que trato de hacer un… un… ¡una cosa!, ¿y vos me llamás para esto?-¡bueno pá, vos también!”
Bajo por enésima vez esa escalera (mirá vos, tenía once escalones), y me siento frente a ese bambú y me pregunto ¡¡¡¡¿Qué hace esta caña en la mesa?!!!!
¡Y bueno! No sólo soy artesano. También soy padre. Y esos tres…
¡Qué más puedo decir! ¡Son la mejor artesanía que hicimos con mi esposa!
miércoles, 28 de septiembre de 2011
jueves, 22 de septiembre de 2011
La perfecta imperfección
Uno de los elementos esenciales del artesano exitoso es reconocer que la perfección no necesariamente embellece su obra.
Yo observo mucho los árboles, y lo que más me atrae de ellos es su sentido de imperfección. Sus ramas no siguen la misma dirección, el mismo patrón, sólo buscan la luz y en su camino se cruzan, se entrelazan, bajan y vuelven a subir, se dividen, se secan. En conjunto son hermosos, y su perfección se encuentra en su misma asimetría.
Esa es la característica necesaria para alcanzar la belleza final.
¡A ver! El artesano elabora primero un esbozo casi tosco, bruto. Luego lo va definiendo, resalta algunos detalles o los exagera, otros detalles los omite y al final, pule. El resultado final no es un elemento de sublime perfección, sino, un elemento imperfecto, pero de belleza general.
¡Ojo!, no me opongo a la perfección, pero en lo que respecta al objeto artesanal, pienso que la perfección absoluta desvía la visión del observador público hacia el artesano y no hacia su obra. Nos asombramos de la habilidad de sus manos, hacia su capacidad y talento, y así, sin querer, menospreciamos el valor de la obra misma, lo que ella trasmite. Así, aquel que obtiene el producto final por el nombre del autor o por su capacidad de hacerla perfecta, llega a su casa, la coloca en un estante protegido para que nadie la toque, y sólo disfruta de su perfección cuando viene alguien y él puede decirle "esto lo hizo..."
La artesanía tiene, o puede tener un fin práctico o un propósito terapéutico. A veces un definido propósito espiritual o el fin de permitirnos soñar. Aquel que sabe de artesanías disfruta del movimiento, de la luz, de los colores, de las formas, de las texturas por el contacto con ellas. Y las usa, y juega, y sueña con ellas.
No siempre es del gusto de todos. Eso es lo bueno. Es una obra artesanal esperando un dueño específico. Alguna artesanía está años siendo ofrecida, hasta que un buen día, alguien aparece, la ve, se enamora de ella y la lleva. Resulta que detrás de esa persona hay otra que dice: "¡Cómo puede gustarle eso!"
El comprador paga por la obra, pero es como si la obra eligiese al comprador.
En definitiva, La perfección de una obra está, por supuesto, en la falta de la misma.
Yo observo mucho los árboles, y lo que más me atrae de ellos es su sentido de imperfección. Sus ramas no siguen la misma dirección, el mismo patrón, sólo buscan la luz y en su camino se cruzan, se entrelazan, bajan y vuelven a subir, se dividen, se secan. En conjunto son hermosos, y su perfección se encuentra en su misma asimetría.
Esa es la característica necesaria para alcanzar la belleza final.
¡A ver! El artesano elabora primero un esbozo casi tosco, bruto. Luego lo va definiendo, resalta algunos detalles o los exagera, otros detalles los omite y al final, pule. El resultado final no es un elemento de sublime perfección, sino, un elemento imperfecto, pero de belleza general.
¡Ojo!, no me opongo a la perfección, pero en lo que respecta al objeto artesanal, pienso que la perfección absoluta desvía la visión del observador público hacia el artesano y no hacia su obra. Nos asombramos de la habilidad de sus manos, hacia su capacidad y talento, y así, sin querer, menospreciamos el valor de la obra misma, lo que ella trasmite. Así, aquel que obtiene el producto final por el nombre del autor o por su capacidad de hacerla perfecta, llega a su casa, la coloca en un estante protegido para que nadie la toque, y sólo disfruta de su perfección cuando viene alguien y él puede decirle "esto lo hizo..."
La artesanía tiene, o puede tener un fin práctico o un propósito terapéutico. A veces un definido propósito espiritual o el fin de permitirnos soñar. Aquel que sabe de artesanías disfruta del movimiento, de la luz, de los colores, de las formas, de las texturas por el contacto con ellas. Y las usa, y juega, y sueña con ellas.
No siempre es del gusto de todos. Eso es lo bueno. Es una obra artesanal esperando un dueño específico. Alguna artesanía está años siendo ofrecida, hasta que un buen día, alguien aparece, la ve, se enamora de ella y la lleva. Resulta que detrás de esa persona hay otra que dice: "¡Cómo puede gustarle eso!"
El comprador paga por la obra, pero es como si la obra eligiese al comprador.
En definitiva, La perfección de una obra está, por supuesto, en la falta de la misma.
domingo, 10 de julio de 2011
Reflexión sobre la paciencia
Cuando pienso en esta tarea de ser artesano, me viene a la mente una idea (a veces se me ocurre esta irrespetuosidad de pensar), la idea de relacionar estrechamente este oficio con la virtud de la paciencia. No hay artesano si no hay paciencia. Pensar en que lo que quiero lo quiero ya!!! es una irrespetuosidad para la creatividad. Desde el mismo fundamento de crear la idea, la paciencia, y el saber esperar con esperanza, resulta fundamental para lograr la creatividad. Yo no me siento a crear; yo como, duermo, trabajo, me baño y demás, pensando en qué necesito inventar para volver mi vida más práctica y estética (que de eso tengo poco), y de cómo esto podría ayudar a mi fanilia y a los demás. Y mientras miro los árboles, un pedazo de madera, una piedra, un cartón, un alambre, pienso que eso tirado todavía no es cadáver, todavía puedo salvar su vida y hacerla útil. Y tarde o temprano, la idea aparece en mi mente, primero como una figura bastante básica, y lentamente mostrándome los detalles. Allí es cuando molesto a mi esposa, porque generalmente esta inspiración viene de noche, y yo no se porqué ella de noche duerme. Así que enciendo la luz, tomo mi libreta de ideas, y comienzo despertándola, y luego esbozando la idea en el papel. Si no lo hago, seguro será una noche de insomnio. Y hasta ahí es sólo la idea. Luego debo ponerme a buscar los materiales y ver cómo amigarlos. Al final los retoques y la prueba. Si me resulta útil, entonces puedo considerar que la obra está terminada. Y entonces mi esposa puede dormir (si no me surge una nueva idea).
Este proceso es a veces más lento, a veces más rápido. Sólo debí aprender a esperar. Con paciencia, con esperanza, como el que se sienta al salir la flor del limonero, a esperar que la fruta madure. Si no hay paciencia, no hay artesano.
Este proceso es a veces más lento, a veces más rápido. Sólo debí aprender a esperar. Con paciencia, con esperanza, como el que se sienta al salir la flor del limonero, a esperar que la fruta madure. Si no hay paciencia, no hay artesano.
sábado, 9 de julio de 2011
Manos inescrupulosas
Vuelvo con mi blog después de mucho tiempo. Alguna mano traviesa que descubrió mis datos del blog, ingreso como dueño de la cuenta y me dió de baja. Por eso tanto tiempo sin publicar. Hice la denuncia pertinente, cambié usuario y contraseña y recuperé el blog completito. Ya estaré publicando nuevas fotos y comentarios. Espero que me "SIGAN SIGUIENDOOOOOO" (Ja,Ja).
viernes, 21 de enero de 2011
Viaje en el tiempo
No recuerdo si para un día del padre o un cumpleaños de papá le regalé este porta lapiceras hecho por mí. Era una lata de arvejas recubierto en tela. El lo llevó a su trabajo y lo colocó en su escritorio, y aunque varias veces trasladaron su oficina, el lapicero continuó siempre en su lugar. Puede que haya tenido 8 o 9 años, y ahora tengo 40. Así que ya pasaron varios añitos desde este "original y artístico" regalo que le hice a papá. El día en que se jubiló y pasó a buscar sus pertenencias por la oficina se lo trajo a casa. Hoy ocupa un lugar importante en su oficina en casa... su escritorio. Ya le falta la nariz y una oreja, pero ¡con qué orgullo mira ese perro pasar los años desde cualquier escritorio que se le asigne!
Yo actualmente guardo todas las obras artísticas de mis hijos con la esperanza de que en el futuro ellos sientan que todo aquello que hacen con sus manos con esfuerzo, será reconocido y apreciado por alguien que los ama.
sábado, 8 de enero de 2011
jueves, 6 de enero de 2011
Todas estas macetas están elaboradas con la misma técnica. Papel triturado (de diario) y cemento en partes iguales. Los momldes que usé son vasitos de café de telgopor. El terminado está hecho con pintura, ferrite de colores, o texturado con cemento líquido y/o coloreado. Al final le pongo por fuera una pátina de cera. Bonito no? La próxima cargo un video en donde muestro el paso a paso.
Especiero
Elaborado con madera de cajón, frascos para especias hechos con recipientes de alimento para bebé y aceiteros y vinagreros elaborados con botellitas de licor. Las tapas de los aceiteros están hechas en madera con rosca. Cada frasco lleva esmerilado el nombre de la especia y del tipo de aceite y vinagre. El fondo es una pared artísticamente sin rebocar ni pintar (ji, ji)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)